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Portada: Pareja recién casados mirando hacia el futuro.
"Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre."

¡Los dichos de Jesús!
Aunque Él no escribió ningún libro, Sus dichos han quedado inscritos y grabados en las cuatro biografías de Su persona, que nos presentan los sagrados evangelios.  A esto tenemos que agregar alguno que otro citado en las epístolas
del Nuevo Testamento, como así también un buen número de ellos que aparecen en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis.
Algunos de ellos han quedado incorporados al lenguaje popular y corriente, como por ejemplo “la paja en el ojo ajeno y la viga en el nuestro,” “colar el mosquito y tragarse el camello,” “sepulcros blanqueados,” etc.  Pero por encima de ello, como algo de mucho más peso e importancia, está la forma maravillosa en que han sido empleados por el Espíritu Santo, como instrumentos y medios de gracia eficacísimos para bendecir y aun revolucionar las vidas de innumerables hombres y mujeres de toda raza, lengua y nación a través de los siglos. Hasta el día de hoy, a casi dos mil años de ser pronunciados, eso todavía sigue aconteciendo.
Pero Sus dichos no sólo han tenido y siguen teniendo ese maravilloso poder transformador y renovador. También contienen la enseñanza y los consejos más sabios y provechosos, para ayudarnos a conducir nuestras vidas por derroteros de paz, de cordura y de sabiduría.
Y, lo que es también muy importante, nos permiten conocer Su persona, Su carácter y Su disposición para con nosotros, los seres humanos, a través de la gama multiforme de Sus maravillosas cualidades y virtudes que nos despliegan.
Así, por el hablar de Su boca, consignado tan fiel y tan copiosamente en las Escrituras, lo vamos visualizando como el Cristo misericordioso, de amor infinito, noble y sacrificado, además del Cristo de justicia, el de la más absoluta santidad, de bondad inmensa y generosa, de valentía y hombría a carta cabal, de paz y benignidad. Al mismo tiempo, lo descubrimos como el Cristo que a Sus seguidores les impone, para su propio bien, las exigencias más estrictas para seguir en Sus pisadas, y poder ser así Sus verdaderos discípulos y siervos.
Nuestro libro no tendrá el carácter de un manual que clasifique a Sus dichos minuciosamente por tema, con un índice que señale el consejo o el remedio para cada situación o necesidad determinada.
Fieles a nuestro estilo y manera de desenvolvernos ministerialmente, nos dejamos llevar por la inspiración que ha ido brotando y fluyendo de nuestra mente y corazón.
La variedad de los muchos dichos que hemos tomado, asegura que haya sustancia y alimento para todos; nos atrevemos a resumirlo diciendo que hay, tal como reza en el subtitulo, de todo y para todos.
No obstante, para que así sea, desde luego, y como siempre, invocamos la inspiración y el hálito del Espíritu de verdad, el cual nos prometió el Maestro en Juan 16:13 que nos habría de guiar a toda verdad.