Canción de Amor en la Cosecha (Meditaciones sobre el libro de Rut) – Sylvia M. de Hussey
Este precioso ramillete de selectas exposiciones bíblicas sobre el apasionante libro de Rut, es fruto sazonado de más de 50 años de admirable entrega al ministerio de enriquecer la vida, el testimonio y la fe de innumerables creyentes que, como la moabita Rut, la ilustre antecesora de los reyes de Judá, y representante de cuantos a la sombra de las alas providenciales del Omnipotente, hemos hallado redención y gloria.
En apenas cuarenta y seis páginas de oro, y dividido en siete capítulos, a los que acompaña una oración-guía y un Cuestionario de Repaso y Reflexión, la gran misionera Sylvia Hussey nos regala todo un Manual de Orientación Espiritual, que nos será de incalculabe valor en nuestras horas de crisis, de incertidumbre y de ansiedad.
Cariñosamente la autora dedica este libro a sus “dos preciosas hijas, Grace y Frances, así como también a las hijas espirituales de distintos países” que en cincuenta años de infatigable obra docente y misionera ha tenido ocasión de aconsejar y servir.
Por título tiene el de “CANCIÓN DE AMOR EN LA COSECHA” (Meditaciones sobre el libro de Rut), que en sí es un claro indicio de que la historia de la moabita Rut es todo un precioso romance.
¡Tan rica es la bendita Palabra de Dios, que de lo anecdótico y cotidiano nos ofrece todo un romance encantador! Un romance, el del rico Booz, el hombre de Belén que hace a Rut emparentar con la ilustre casa de David, y así la enmarca en la genealogía del mismísimo Mesías, Cristo Jesús, nuestro Pariente Próximo, nuestro Redentor.
Cada uno de los siete capítulos de este precioso tesoro de reflexiones espirituales nos deja con la miel en la boca. ¡Quisiéramos que la autora se extendiese mucho más en los temas que tan magistralmente presenta!
Estamos seguros de que, como a nosotros, la lectura de este libro enriquecerá la fe, la vida, el testimonio y aun las relaciones humanas de cuantos lo lean y disfruten. Al Señor, que tanto ha bendecido con fruto permanente la labor misionera de la autora, de la querida y admirada Sylvia Hussey, sea la gloria.
Bernardo Sánchez García